Zócalo de la Ciudad de Puebla

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Lucha Libre

29 de enero de 2012

[Razones por las cuales puedo llorar en una sola noche]

Me ha de lastimar la lluvia que cae sobre mi espalda.
Continua la soledad que es ajena a mi pero se hace presente con tu insomnio.
Volteo y veo un sol brillante,  este sol no empapa ni un rayo de mi venéreo y bolado cabello.

Busco por la compañía y me cuesta entender que no hay nadie, que mi soledad se ve destinada a una vida de puras mentiras y quisiera no estar presente en un día lejano. 

¿Por qué he de engañarme a mi misma? Siento que puedo estar tan sola como aguja en un pajar sin caer en la expresión más popular.
Me asimilo y no consigo salir de las cuatro paredes que rodean por lo mientras mi cabeza y después mi cuerpo traslucido, ese cuerpo que solo conoce un espejo manchado.

Ha de dolerme tanto como la primera vez que escribí para ti y no lo notaste. Admití que mi dolor se convirtió propiamente en agonía al pasar los días. Esta soledad no se quitaba con nada, pasaba el tiempo y me sentía más sola. 

No pensé encontrar después de semejante noche una compañía más grata que mis letras; parecía todo volver a la normalidad cuando salían propiamente de mi alma. 

Reitero que hay gente que vive de eso cuando yo apenas estoy viviendo de aquello, no dudo de nadie pero si prolifero contra las personalidades que por el corto tiempo que tengo a mi lado llego a conocer como si nunca hubiera vivido. 

Si capté el momento se que existen personas diferentes, personas que a pesar de aquello que antes ha pasado han regresado para devolverme una pequeña sonrisa que por ahora jamás se borrará de mi alma. 

Todo lo que está pasando va a tener que culminar, y llega el momento de mi vida en que no entiendo que un plano expresivo dentro de la música es más bien aquello que hace salir dentro de mi tantas palabras. Lo digo por la sencilla razón del bloqueo cerebral que ocurre mientras la escucho. 

Seguramente soy un ser vivo que no se considera humano, singo sin sentir algo especial y diferente al avanzar los años... Me gusta sencillamente volverme una persona que fríamente va superando la razón igualitaria de minorías ajenas al sentido común.

Es por eso que puedo llorar tanto en una sola noche, no he perdido la cabeza, pero si el control que ejercen los ajenos a mi ser. Un ambiente que lastima al ser más sublime que pisa un escenario compuesto por máscaras monetarias que ocupan algo llamado "Sentido Común". Sentido por el cual percibo un sinfín de pendientes exclusivos que me hacen llorar toda la última vez.  




Escrito y fotografía por: Michelle De León

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