Los pequeños momentos que paso pensando lo que mi pasada visión observó por naturaleza propia colapsan cuando voy sin rumbo. Suelo descartar las caminatas nocturnas, mi visión al paso de los años empeora.
El estar atado a esa sugestión que podía matarme al caminar y morir repentinamente, le acumulo la gran pérdida de riquezas que terminaría con un legado propio que he mantenido desde el momento que pise la Tierra con mi ente lunar. Estos pensamientos mueven mi ser y lo transportan a situaciones poco comúnes que pasan por la vida de todos.
Han sido pocos los momentos de consuelo a lado de un extraño, el firme y exiguo paso que extiende detrás de mí una ráfaga de dureza y pensamientos que han sido previamente reflexionados pero que ya fueron pasados. Puedo con palabras admitir que ya he llorado ahí tras analizar tantas posturas.
De manera estridente corto pasos y termino el recorrido, he aprendido lo que a partir del futuro podré aplicar, finalmente lo aplico pero ya ha sido pasado. Tendré que volver a aprender de un camino digno de admirar por ser aquel espacio abierto que me enseña a fomentar el mejor de mis pensamientos utilizando el sentido común.
Finalmente, la escritura un poco ajena se tornó...
Escrito por: Michelle De León
Fotografía: Michelle De León
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