Zócalo de la Ciudad de Puebla

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Lucha Libre

26 de enero de 2015

[Lo que me da terror]

He regresado, no he pensado en tanto. De pronto tendré que salirme y no voy a pedir permiso. Desapareceré como cada sentimiento que mi corazón había heredado a tu alma, un satélite y un Universo que solo almas seriamente semejantes comprenderían; por eso he venido aquí y comienzo a buscarte entre ramales de infinitas confusiones, preguntando por ti y retrocediendo el tiempo con melancolía lírica y sinfonías inconclusas, de esas que hace mi alma. 

Tengo que irme, estoy a donde la mente me permite viajar, y es ahí, entre cúmulos eternos cuando me doy cuenta que sin querer encontré una nueva razón para llenar de letras los espacios vacíos que dejó la partida de todo lo que concebía como perfecto. El río me trajo hasta este lugar, no tarda en oscurecer y pronto dejarás de ver la corriente que me está llevando desde hace un rato. Sigo preguntándome si esta misma que me acarrea planea un final épico de mi viaje, como cuando una canción penetra mis ideales y mueve esta cabeza hasta exprimir cada neurona de conexión entre las bellas melodías y mis pesares. Aún no lo sé, lo que sí sé es que pronto tendre que irme de nuevo, me ha demandado el cariño de quien aprecia compartir su tiempo conmigo, ese tiempo que se difiere por causas básicas existenciales, pero que perdura a lo largo de los deseos entre seres humanos. 

Es el tiempo lo que me da terror, con él encima todo se vuelve una reducción de los planes que tengo conmigo misma. Es tu corazón el que calma este oleaje de intrépidas aventuras pasajeras de las que otros comentan. Es mi tiempo lo que me da terror, pues experimenta al paso de cada día; a veces se enamora y otras lo reflexiona. Soy yo lo que me da terror, de pensar las oportunidades que arrimé cerca del alba, de la cual viví lejana. Probablemente sea la aventura lo que me da terror, y caigo en el error de enamorarme por primera vez, de alguien a quien le aterra el tiempo, su tiempo y a él mismo.

Siento que me quedo por la necesidad de encontrarme otra vez después del rechazo, siento que vuelo con el paso del silencio que acompaña la espera de tu llegada; en tus brazos o en los míos, al rozar de las pieles desnudas durante el silencio más largo y romántico en el que participamos; le escribo a la inocencia, a la pasión, al deseo; quienes a los poetas han de inmortalizar. Te pienso porque me encuentro, te escribo porque te pienso, me encuentro y te encuentro. Partiré pronto de este lugar que desnuda el alma y vio a tu alma en lo más cálido de su comodidad. Llegaré a donde lo que nos da terror se volverá pasajero. Habremos de desaparecer más allá, más allá de las estrellas. Buscaremos un planeta donde lo que nos da terror se volverá placer, el placer de vernos ahí, como dos enamorados. 







Fotografía y escrito: Michelle Aguilar De León.
Inspirado en "Lo que te da terror" de Gabo Ferro.