Zócalo de la Ciudad de Puebla

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Lucha Libre

3 de noviembre de 2012

[Paseos Escolares]

Mi curso sabatino está por comenzar, solo unos segundos más y estaremos sumergidos en el mundo de la lectura y escritura. En unos meses comprenderemos con mayor facilidad donde habrá de culminar la catarsis y empezará la literatura. 

Estoy en el salón, con compañeros de los cuales casi no tengo certeza de su confiabilidad; en realidad no creo que a ellos les importe en lo absoluto. 

Se escucha el ruido intenso de la afluencia del tráfico, mi boca aún tiene el dulce sabor del caramelo que consumía mientras llegaba a las instalaciones. Me perturba un poco que todo lo anterior desvíe mi gran propósito de aprender con mucha cautela. 

— ¿Aguilar De León?— Comenzó el pase de lista.
— Presente — Contesté. La voz de aquella mujer era tan parecida a la de Eliane. Un recuerdo me golpeó tan fuerte, que el dulce sabor de mi boca se volvía cada vez más amargo. Parecido a tomar por accidente un poco de leche cortada. 

— ¡Niños!, son las nueve de la mañana. Pronto, arreglen sus uniformes y bajen a formarse al patio. Recuerden que es la primera ceremonia del ciclo escolar. — Comentó Eliane en un instante muy mañanero.


Ya formados, mi nuevo grupo; el 3 "A" de la primaria del Centro Escolar José María Morelos y Pavón y yo, no tardamos mucho en avanzar al enorme patio central. Era algo nuevo para mi, no conocía tanto a esta gente. 

Sonaba el Himno Nacional Mexicano a cargo de una banda de marcha. Yo sabía que lo había compuesto un tal Bocanegra y Nunó. Todos lo entonaban, algunos cambiaban la letra, las voces blancas hacían armonía. Eso a nadie más le interesaba. Según mis instintos, Eliane estaba en ese clan. 

Terminada la ceremonia de bienvenida, que duró poco más de media hora, regresamos a nuestros cálidos salones. Nuestra alma máter se mostraba nueva, reluciente como para iniciar con calidad el nuevo curso. 

— Para mañana tienen que traer dulces niños, sean una o dos bolsas; ya saben para una donación. — Eso nos había comentado nuestra extraña y nueva maestra Eliane.

Mi mente de niña podía pensar en los sabores disponibles para la donación. Algo como el sabor de paleta que consumía por la mañana antes de llegar a la escuela de escritores. 
Solo un día después, la maestra comenzó a con la recolecta de dulces. Absolutamente todos menos yo, los llevaban. Mi pena fue grande, mamá estaba muy apretada en sus gastos y después de un regaño peculiar preferí no pedirle nada. No llevaba ni un chicle. 

Me salí de ese salón y así transcurrieron 3 días. Era evidente que Eliane en un futuro me mostraría su enojo y furia. Sin saberlo yo le tenía miedo. Mis pensamientos dulces ya eran amargos y pedía que nadie me atrapara vagando por las instalaciones de mi escuela. 

Llegó el momento, un directivo me vio cerca de la enfermería. Mamá estaría triste si se enterara que no entré a clases por unos días. Para mi maestra yo era una gran decepción. Ahora no lo sé, sigo comiendo caramelos y su sabor amargo llega en ciertos momentos, como aquél en que escuché la voz de Eliane en mi nuevo curso... Como en 3 "A". 







Escrito: Michelle Aguilar De León  
Música: Mika - Lollipop 

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