El presente indicativo de la tercera persona singular,
el imperativo de tú,
describe con perfección la palabra de la que quiero hablar.
Me cuesta entender esta intranquilidad,
la inquietud con la que persigo mis ganas de saber,
y la aflicción con la que realizo mi búsqueda.
Si supieras de que palabra hablo,
probablemente no leerías ni verías la dichosa palabra;
a veces los vientos incluyen las revoloteadas mareas que la acompañan.
Probablemente se pierda con el tiempo,
nadie más la encontrará en ese pique de aguas turbias.
El riesgo que sucumbe la palabra se fracciona en un proceso,
podría llamarlo administrativo o de negocios;
mis actitudes no rinden ni toleran el acto.
Me siento intranquila por encontrar la palabra,
probablemente ya la conoces, y si no es así,
el manejo de sinónimos te la dió a entender durante esta lectura.
Bien dice Horacio, personaje intranquilo;
"Acumular riquezas proporciona gran zozobra"
Tienes la palabra?... Sería de gran gusto haberla comprendido con gran aflicción,
inquietud y ganas de aplicarla en una nueva filosofía.
Escrito por: Michelle De León
Dedicación especial: Alberto Cuautle Palacios
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