¿Por qué la vida es un ciclo gigante?

He tratado de responderme esta pregunta un millón de veces, sin que suene muy trillado. Pero creo infinitamente en las coincidencias, y ¿Por qué creo? Simplemente por el hecho de que las he experimentado sin la plena necesidad de desearlo. Y es que a veces deseamos un estado de circunstancias que nos llevan a eso que hemos esperado durante los últimos tiempos dependiendo la situación en que nos encontremos. 

Es tan claro que el destino juega y se arremete contra uno para provocarle contracturas sobre lo que alguna vez encontró inalcanzable; La necesidad de este ciclo avanza según la prosperidad y objetivo que vislumbre nuestra vida. Es bien sabido que estamos a expensas de morir tan rápido, de forma efímera, pero puede ser tan común el experimentar momentos a los cuales no les encontremos explicación alguna. 

Me ha pasado, coincidir con el paso de mi ser amado y el haber encontrado pistas que definieron y repitieron un camino. He de confesar que creo en las señales divinas, de energía; más no creo que sea posible que el otro individuo afectado en cuestión de mi juego mental lo perciba. 

He vivido situaciones repetitivas, ocasionales y con diferentes elementos; sin la necesidad de ser yo misma. Como hace unos años, cuando empecé con mi lucha contra el consumo de carne animal y al mismo tiempo asistí a un partido de la Franja contra la Máquina en el estadio Azul; ¿Mi Sorpresa? El marcador 4 -0 favor la Máquina y yo perdidamente enamorada de un Dandy Pelagallo al que no llamaba su atención. Ahora, mi hermano asiste con mi primo al mismo lugar, el mismo marcador, yo con mis mismas y raras costumbres sobre la alimentación, y claro; enamorada de un Dandy Pelagallo.  

Esas son cosas que te deschavetan, porque en realidad no sabes que quieren decir. Casualidades existen a montones, pero los ciclos que se cierran y se abren son tan poco perceptibles como un sobreagudo en una pieza de tonalidades en Sol.

Ahora me preparo para esperar por la casualidad más grande de mi vida. Voy a jugar sucio y moveré el tiempo de manera ficticia; porque quiero coincidir con él. Con su manera en que ve la vida y con los ojos que la miran. Con el séquito que guarde su vergüenza, con la arrogancia de su persona y el calor de su boca. 

Añorar depende de tu criterio, la necesidad se refleja en tus estados y emociones. Es bien sabido que la energía que irradiamos se mueve, afecta, contagia, se disipa y va sin rumbo fijo. Las coincidencias pueden hacer viajar toda esa energía hacia ese pequeño espacio donde quieres que llegue. No hay un estudio que lo defina, pero la experiencia en esos lares, hace afirmativa mi inscripción. 

¿Qué es lo que sigo esperando? 

Recomendación del día: 

"Los Amantes del Círculo Polar" 1998
Guión y Dirección: Julio Medem 
Producción: Fernando Bovaira y Enrique López Lavigne 
Fotografía: Gonzalo Berridi
Música: Alberto Iglesias 

Escrito: Michelle Aguilar De León
Fotografía: Carlos De León / Michelle De León