Zócalo de la Ciudad de Puebla

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Lucha Libre

24 de diciembre de 2011

[Estaban en Guyita]

Érase una vez un barrio lleno de luz llamado "Guyita", un barrio que esperaba con mucha emoción la víspera de Navidad; chico pero muy unido ante todas las circunstancias que se presentaran el él. Vivian chicos y grandes, niños y niñas, perros y gatos; hasta guacamayas y urracas.

Único y conocido por la mayoria de pueblos cercanos; como cada año se darían cita para celebrar aquellas felices fiestas que unian el peor de los odios y fraternizaban almas en compañia; esa noche buena del 24 y la celebración el 25. Inolvidables eran los momentos que se vivían en ese lugarcito.

Tito, un pequeño niño que habitaba en "Guyita" sufría un pequeño distanciamiento de sus padres desde que tenía solo 2 años; esta Navidad para Tito era importante, pues además que celebraba su cumpleaños número ocho deseaba como hace 6 años antes que sus papás volvieran para visitarlo. Deseos para esta Navidad sobraban.

Martha, una joven de 16 años solo pedía la compañia de un amor perdido hace ya 7 meses. Un amor que la hacía sentir bien y protegida, bajo el cobijo de los brazos de un hombre poco mayor que ella. Algo común en "Guyita", donde la unión y el matrimonio se convertía en tradición y costumbre.

¿Qué había de comer?, "Guyita" era especialista es comida realmente deliciosa: Pozole, molotes, tostadas, mariscos, frijoles; siempre típicos sus grandes platillos. Detrás de ellos todas las cocineras que preparaban con ansias los alimentos que sus hijos llegados del otro lado probarían en tan esperada noche.

No todo era alegría, viejos fallecían y jóvenes perdían oportunidades valiosas a manos de ricos que habitaban en la ciudad engreidamente capitalista. Tal era el caso de Manuel, un joven que comenzaba a perder la ilusión de encontrar su primer gran empleo a costa de lo que más le gustaba en la vida; la agricultura. La doble tristeza lo invadia al confrontar el fallecimiento de un ser querido y amado por el barrio, su padre Esteban.

A "Guyita" llegó una pareja peculiar que colaboraría con la organización de la cena del pueblo, hace apenas 3 meses. Una pareja especial, María y Pedro, que a pesar de tener una gran máscara de felicidad y gratitud ocultaban un especial secreto. Nunca pudieron concebir el gran deseo de formar su propia familia, es por eso que esta Navidad buscaban seguir intentándolo en una noche llena de locura.

"Guyita" comenzaba la celebración de Noche Buena arrullando al niñito Jesús, acompañado de canticos tradicionales y canciones de cuna interpretadas por un sinfín de personas un tanto desafinadas, nada de que preocuparse al final de cuentas.

Manuel estaba más que herido, triste y arrinconado en una de las mesas que proporcionaron María y Pedro para la cena, frente de él se sentaba Martha un tanto atenta a los movimientos de aquella persona que le comenzaba a llamar la atención. Lo llamó un par de veces, y este con tanta tristeza decidió no hacerle caso y dejarlo pasar hasta que comenzó a cenar.

Tito rondaba las mesas, con el fin de felicitar a cada uno de sus vecinos y pedir un poco de comida para poder aguantar la noche y el frío que hacía. Llegó con María y Pedro; jamás los había visto e inmediatamente surgió la pregunta clásica de Tito ¿Quiénes son y dónde es que viven?, al parecer eran tres desconocidos unidos por la fraternidad de la época. Ellos contestaron presentandose formalmente y dejando al niño en búsqueda de su comida favorita, los molotes.

Llegó la hora del intercambio, de manera mixta y definida por un precio o cuota. La repartita se hacía al momento y con quienes llegaban a la fiesta, de preferencia tenía que ser una cantidad par, así todos gozarían de lindos detalles navideños.

Toña le daba a Petra, Ceci le daba a Felipe, Laura le daba a Ismael y Martha le daba a Luisa.
Raúl le daba a Toña, Fernando le daba a Ceci, Camila le daba a Laura y [Manuel le daba a Martha].
Por fin Manuel se daba cuenta de la belleza que lo rondaba, con un murmuro sencillo y un "Feliz Navidad" lo dejó atónito, lo cual lleno de vida al pequeño Manuel para conquistar el corazón de aquella Martha tan sencilla y traviesa que más de un hombre desearia. Pasaron la noche entera juntos, bailando y celebrando este día.

Tito ya se iba a dormir a su refugio, sus padres nunca llegaron, la cena le supo a poco que decidio regalarla al perro que le hacía compañia en su trabajo. Por ahí circulaban María y Pedro; no dudaron en hablarle y preguntarle el por qué de su tristeza en esa noche tan especial. Tito no hablo mucho, decidió seguir camino e ignorar a la joven pareja. Ellos insistieron hasta dejarlo bajo su puente favorito para dormir en esas fechas decembrinas.

María y Pedro no aguantaron aquella tentación y le preguntaron sobre su vida, hablaron y hablaron hasta volver a la fiesta del barrio. Decidieron que Tito se mudaría a su casa, sin pensarlo, aquel niñito se convertía en parte de su familia y de la manera más solidaria; festejando la Navidad.
Manuel y Martha estaban juntos, sus problemas se veían con más lejanía y se apoyaban de la manera más hermosa y delicada hasta que decidieron formalizar su relación.

"Guyita" siempre fue hermosa, como su gente, solidaria, acomedida, respetuosa y tolerante. Cada año era perfecto y cerraba con broche de oro uniendo las historias correspondidas de su barrio. La fé de todos movía montañas, la espiritualidad brotaba, la felicidad se respiraba....estaban en "Guyita".


  FIN


[Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2011]
De parte de Michelle Aguilar De León.

A todos mis amigos, familiares, seguidores y lectores. Gracias por hacer realidad este espacio.
Dicha, salud, amor, riqueza, espíritu, alegría, éxito, VIDA.
Con cariño: ChelleLeon







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