Hace 18 años justamente se creó un ser de forma raramente normal, más bien era yo y mamá se puso feliz. Supuestamente tenía que nacer, crecer, reproducirme y morir; pero todo esto lo he realizado un sinfín de veces que hasta perdí la cuenta. Me dí cuenta de que mi vida es un ciclo enorme, que tiene altas, bajas, pero siempre un lugar que me hace sentir yo misma; las medias. Y no precisamente las medias horas de placer, más bien, el estatus en que mi "carácter" se siente en pleno equilibrio, y no, no estoy hablando de la economía del país; sino del individuo que tienen ante ustedes, Chelle.
A pesar de todo esto, me doy cuenta que voy forjando nuevas características en mi persona, y no forjo metales, ni formo alambrados, simplemente enlazo las señales que me brinda el destino para tejer una vida llena de goces fríamente calculados para lograr el objetivo final: Yo lo llamo: "Seguir viva"... Sonará extremo pero no es más que el ímpetu de la salvación normativa del ser social. Además a esta edad nueva que tengo, quien quisiera desaparecer luego de conocer a todo aquello que te mantiene vivo, y que puedes seguir consultando por el resto de tu existencia.
Argumentos existen muchos, pero el principal está en mi corazón, y agradezco a la vida por dejarme ser parte de su proceso evolutivo raramente evolucionado sin que suene a pleonasmo. Pues muy pocas veces situaciones como estas se sitúan, y no estoy hablando de pleonasmos, sino de mi persona como humano. Al final del camino siempre está el final alterno, la alternativa que surge, emerge, se da lugar en mi vida; y por eso decidí tomarlo antes de morir literalmente hablando.
A veces me cuestiono, ¿Quién soy?, ¿Qué hago aquí?, ¿Por qué nací?, ¿Soy un producto?, ¿ Tengo beneficios?, ¿Tengo que morir?, ¿Tengo realmente 18 años? y mis respuestas son variadas, y no hablo de variables; sino de respuestas que brotan de mi cerebro. Creo que soy normal, nací para ser yo, traer alegría al mundo, amar a una persona, querer a mis amigos, estar con mi familia, vagar por la vida, admirar las noches y los días, fruto del amor de mis padres, cuidar mis diferentes personalidades, que no creo llamarlos alter egos, solo personalidades; algún día moriré, y sí; tengo 18 años. 18 años de vivir, de pensar, crecer, cambiar, buscar, explorar, gustar, amar, querer, soñar, reír, llorar, pedir, cumplir, proliferar, bailar, cantar, tocar, jugar, escribir, pintar, crear, analizar, hablar, y sobre todo vivir.
He aceptado que la vida es un regalo maravilloso, y quiero vivirlo al máximo con el objetivo de lograr mis metas, tu sabes, esas metas, Cantar con Julián Casablancas, o por lo menos ser banda telonera de "The Strokes". Tengo que rendirme a esa debilidad, pero ya me conocen que no. Solo Chelle, y nada más.
Escrito por: Michelle Aguilar de León
Dedicado a: Michelle Aguilar de León y este hermoso día 24 de Octubre (Día Internacional de la ONU) pero principalmente Aniversario 18 de Chelle León.
Agradecimientos: Luz, Carlos, Manuel, Celia, Constantino, Martha, Hiram, Maribel, Liliana, Pame, Clara, Lalo, Kevin, Aleida, Paz, Fany, Maximiliano, Karo, Xilary, Jackie, Orlando, Fernanda, Daniela, Fernando, Ana María, Fany Aviles, Jess, Alberto, Pablo, Comandante Ranchito, Diego, Noé, Pavón, Yadir, Tenores, Yanti, Mon, Lilian, Araceli, Karinita, Don Beto, Sergio, Steve, Tere, Itzel, Ceci, Laura, Mackluna, Arturo, Blanca, Bianca, Li, Miguel, Gabriel, Carlitos Hernández, Marito, Francisco, Gali, Deyanira, Dianita, Yael, Jeraldine, Julián Casablancas por dejarme verlo cantar, Memito, Guada y todos aquellos que fueron parte de que este día fuera inolvidable. Los quiero mucho.